En una caja con botones guardados por mi
madre, nunca le di importancia a una vieja placa ovalada de hojalata de un cm
por un centímetro y medio con unas misteriosas inscripciones. La he vuelto a
encontrar pero ahora la placa se ha vuelto un tesoro para mí.
Es una placa grabada por Eudaldo Serrano, mi
tío, preso en Porlier hasta que le fusilaran, el 6 de marzo del 41, con otros
paisanos de la Torre de Esteban Hambrán.
Pone en la placa :
« 24-12-40 » y debajo une E. entrelazada con una S. Eudaldo Serrano.
Mi padre, Daniel, de 94 años, mira la placa
con tristeza. Es todo lo que le queda, con sus recuerdos vívidos, de su hermano mayor, teniente alcalde del
Frente Popular, que con sus compañeros socialistas, hizo aplicar las revolucionarias reformas del Frente Popular,
defendió la legalidad republicana en aquel pueblo toledano y fue por eso
fusilado en las tapias de la Almudena, cementerio del Este, donde acaban de poner, nos dicen de Madrid,
una placa a las mujeres luchadoras que allá llevaban desde la cárcel de Ventas,
como Isabel Gómez Sánchez, fusilada con Eudaldo, el 6 de marzo del 41, con su
esposo, Guillermo Caro Montero, su hermano Mariano, y otro torreño, el yerno
del alcalde socialista, Cesáreo López Garrido.
La placa saldría, dice mi padre, con ropa
sucia dada a mis abuelos, cuando iban a ver a su hijo. Se la dieron a mis
padres al volver éstos al pueblo en 1949, después de la riada de Valencia.
Aquí está, la humilde placa de hojalata, con
las grabaciones hechas por un preso del franquismo, esperanzado de saber que
con ella sus seres queridos siempre le recordarían.
Hasta aquí llegó la placa de Porlier, la
placa contra el silencio, el que reina en la Torre de Esteban Hambrán, que sólo
se atreven algunos valientes o audaces a romper.
Sí, al parecer, en aquel pueblo ahora hay
una calle al insigne poeta del exilio francés, Antonio Machado, lo que es de
pregonar.
No obstante, también es de pregonar que una
calle, la más larga y ancha del pueblo, recuerda desde 1937, a un tal José
Antonio ¡ no sé sabe cuál !
Otra, recuerda a Juan Aguado (tal vez López),
jefe de Falange local, instigador de la sublevación fascista en julio del 36.
Las escuelas públicas del pueblo, construidas con fondos enviados por el gobierno
del Frente Popular, también llevan su nombre desde 1937. Algunos concejales
pretendieron que se construyeron con dinero de Juan Aguado, que por eso llevan
su nombre, lo que es aburdo y mentira. Pero lo dijo un concejal, en un pleno
municipal para decidir si se aplicaría allí la Ley de Memoria, por eso es grave que se oculte y tergiverse allí
la historia real.
Hoy al volver a encontrar entre recuerdos
familiares la sortija de hojalata del preso de Porlier, mi tío, me pregunto si
veremos una placa (un monumento) con los nombres de los fusilados, allí en el
cementerio de la Almudena de Madrid, donde el 12 de abril que viene se hará un
gran homenaje a todos los fusilados, unos tres mil de 1939 a 1944, según los
datos recopilados en Consejo de Guerra por doña Mirta
Núñez Díaz- Balart. Así lo esperamos, lo ansiamos.
Rose-Marie
Serrano, París, 12-03-2014
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