Sobre los Republicanos españoles (y Brigadistas internacionales )
deportados a Mauthausen.
El 22 de
noviembre de 2016 vino el historiador madrileño Benito BERMEJO al liceo de Pantin (afueras de Paris) a darnos una
conferencia sobre los Republicanos españoles deportados a Mauthausen y también evocó el caso de algunos Brigadistas
internacionales.
Los
alumnos de bachillerato de español y unos profesores de alemán y español así como las documentalistas
estuvimos contentos de poder reflexionar sobre muchos datos relativos a sus
búsquedas pacientes y minuciosas contadas con gran pasión y precisión.
Primero
esbozó un cuadro detallado a la
vez que sintético del trágico final de la República española, mencionando (traduzco del francés en el que habló
perfectamente el autor del Fotógrafo
del horror ) « el medio millón de personas que salieron en
dirección a Francia tras la llegada de las tropas franquistas cerca de la
frontera …los campos de Argeles, las playas, las enfermedades, los niños y
mujeres dirigidos hacia los refugios y albergues proporcionados por las
municipalidades…los hombres adultos hacia Argelès, Le Barcarès…una docena de
campos … » después de plantear la pregunta : ¿ por qué llegaron a
Mauthausen los primeros españoles el 6 de agosto de 1940 ?
El
historiador nos recordó la atmósfera internacional : Francia tomó
conciencia de que había que
prepararse para la amenaza de Hitler.
Una parte
de los españoles regresó a España en las semanas siguientes, un cuarto de millón
se quedó en Francia. El gobierno francés consideró que podía aprovechar la
presencia de esas personas, que por otra parte eran « fuente potencial de disturbios ».
Los
españoles eran jóvenes que tenían experiencia de una guerra de tres años. Se
les propuso alistarse en la legión extranjera, en los regimientos o « batallones
de marcha », en compañías de trabajadores extranjeros, a las que escogieron la mayoría de los españoles, 40 o
50 000 españoles en las regiones próximas a la frontera con Alemania. Esos 50 000 españoles no eran
compañías militares, hacían trabajos auxiliares, construían caminos…
Fueron
presos de guerra tras la derrota francesa, como Ramiro Santisteban en
Mauthausen. En los campos (stalags) los presos de guerra podían escribir a su
familia, en Mauthausen no. En dos o tres años murieron las dos terceras partes
de los presos. Benito Bermejo mencionó el nombre alemán para decir
« exterminio por el trabajo » : un preso seguiría vivo ocho meses todo lo más debido a la
alimentación insuficiente para
personas que trabajaban y a las enfermedades, al trabajo forzado y a la
extenuación, a los malos tratos de los presos de derecho común del mundo alemán
o austríaco, al hospital donde no
se curaba a los enfermos.
En el
verano de 1942 hubo un cambio para los presos : la
administración de los campos trataba entonces de aprovechar la mano de obra
proporcionada por los presos para la industria de guerra. La Unión Soviética
comienzó a representar un enemigo. Los trabajadores eran valiosos. Sobrevivió una tercera parte de los presos.
En
Mauthausen en agosto de 1940 los delincuentes eran la
« aristocracia ». Llegaron millares de polacos que no eran
combatientes, eran la inteligentsia, a la que el Tercer Reich quería sacar del
país…católicos. Estos polacos estaban descontentos con la llegada de « los
mata-monjas » (término alemán), o sea de los españoles. Llegaron Checos y
en 1943 presos franceses.
En 1945
había una tercera parte de supervivientes. Mauthausen fue liberado el 5 de mayo de 1945 pero los
españoles no pudieron volver a España. Francia les dio la posibilidad de salir
de Austria.
Hoy
quedan menos de diez en vida. Benito Bermejo se entrevistó con un centenar a
finales de 1990.
Después
nos enseñó una carta de 1964 escrita en Puerto de Motril el 2-IX-1964.Una madre
buscaba a su hijo y la FEDIP contestó que su hijo había muerto en Mauthausen.
La mujer lo supo pues 23 años después.
Benito
Bermejo también habló de Francisco Boix, testigo en Nuremberg. Dijo que él supo
del fotógrafo de los horrores de
los nazis por un republicano español de Toulouse que le había conocido. Boix permitió como testigo en el
Tribunal militar internacional de Nuremberg que 26 de los más altos cargos nazis fueran
acusados en vida de los horrores cometidos. Se mostró su documentación
fotográfica sobre Mauthausen, fueron proyectadas unas veinte fotos suyas.
Boix era un « privilegiado », explicó Benito Bermejo. Trabajaba en el laboratorio fotográfico con uno o dos SS, podía sobrevivir. Estaba en el servicio de indentificación que hacía fichas o sacaba fotos de los grandes jefes, como Himler, quien visitó Mauthausen.
Después
Benito Bermejo mencionó su libro en catalán sobre Francisco Boix publicado en
2002 y nos enseñó la foto del padre de Edgard Gunzig, Jacques Gunzig, de la
República Checa, quien vivía en Bélgica, casado con Raquel Ekstejn, y fue brigadista internacional en España y muerto
en Mauthausen. Había sido asesinado en 1942, se veia bien en la foto de Boix el número de
matrícula del preso tumbado (muerto) en la nieve con otro « huído »,
lo que permitió al historiador de atar cabos y de orientar al hijo. Los
asesinatos eran declarados como huidas.
Los
Brigadistas internacionales no eran numerosos pero importantes por su fuerza
moral y su experiencia como militantes.
Por fin
Benito Bermejo nos habló del « impostor », al que conoció y que le
intrigó porque se negaba a hablar con él aunque diera tantas entrevistas y
conferencias y por su empeño en afirmar que su « personaje » de deportado ficticio era antes que
nada « útil pedagogicamente » para instruir a las muchedumbres
ignorantes.
Caímos de
acuerdo con el historiador en qué el personaje del falso deportado fue
posible por darse en un país como España y ser un producto del franquismo.
Todos
quedamos muy satifechos de la conferencia de Benito Bermejo y de la amena
conversación que siguió.
Paris, 24
de noviembre de 2016
Rose-Marie
Serrano (Amigos de los Republicanos españoles de Región parisina)
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