Esta tarde, a pesar de la lluvia tenaz, unos amigos de los republicanos españoles de la región
parisina, decidimos, como
acostumbramos desde hace ya unos años, rendir homenaje a los deportados,
resistentes españoles y a los brigadistas, floreciendo los numerosos monumentos
del cementerio parisino del Père-Lachaise.
Llevamos banderas tricolores y ramos de flores que fuimos depositando,
tras leer unas páginas de Amanece en París de Paloma
Sanz, donde Ramiro Santisteban, quien fue presidente de la asociación de
deportados a Mauthausen, recuerda que a aquel monstruoso campo de concentración
(como lo fueron todos) deportaron a « más de 7000 prisioneros
españoles », y que « los nazis los utilizaban como mulos de carga
soportando a sus espaldas piedras de hasta cincuenta kilos de peso, subiendo y
bajando… la famosa escalera de la muerte…con 186 escalones (Ramiro trabajó
en la obra) ». Recordamos que « Serrano Súñer, ministro español de
Asuntos Exteriores, se negó a
reconocer la nacionalidad española a los exiliados republicanos…murieron el 87
por ciento de los deportados ».
Se nos juntaron, ante el
monumento a los españoles, unos jovencillos de Marea Granate (o tal vez de
Podemos), que reconocieron alegremente las banderas tricolores que
enarbolábamos alrededor de los monumentos y nos siguieron hasta la tumba de
Gerda Taro, la célebre fotógrafa muerta en Brunete, cuyos restos descansan aquí
en París y para quien Teresa leyó el poema (A Gerda Taro, muerta en el frente
de Brunete, de Luis Pérez Infante) enviado por Severiano Montero, de
la AABI, Madrid. Le pusimos flores tricolores a la audaz reportera y después
también depositamos unas en el
monumento de Largo Caballero, al lado.
Depués florecimos también los monumentos del Colonel Fabien, de los
Brigadistas y nos dirigimos hacia los de Ravensbrück, Dachau, y demás
horrorosos campos del espanto y del dolor, representados todos por un gran
monumento que florecimos y delante del que enarbolamos nuestra gloriosa bandera Tricolor, la que
esperamos ver ondear oficialmente en su país (algunos de nosotros son españoles,
yo perdí la nacionalidad española « por no usarla » me dijeron cuando
quise votar ultimamente).
Por fin, chorreando de aguas pero satisfechos y convencidos, como hay
que estarlo para aguantar tal chaparrón de modo estóico, como lo hicimos,
hicimos una pausa ante el Rosal de Ravensbrück, delante del cual está grabado
un poema en una placa. A Ravensbrück (« puente de los cuervos, pueblo de
Alemania a 80 km al norte de Berlín »), fueron deportadas, según los datos
del libro La valeur de la Mémoire (El valor de la Memoria) de
Mercedes Núñez Targa, « por lo menos 140 000 mujeres y niños, entre
los cuales 90 000 fueron exterminados. El campo abasteció de mano de obra
femenina el conjunto de las industrias de armamento alemanas y las minas de
sal…proviniendo las detenidas de todos los países de Europa ocupados por
Alemania. »
Después nos fuimos empapados a charlar un rato al café cercano y a hacer
algunos proyectos, descansando un poco del trayecto (el recorrido es algo largo
desde la entrada hasta el monumento
de los españoles, al lado del de Mauthausen) ya que algunos vienen de lejos, lo que es de agradecer y demuestra
su gran interés por esta manifestación de la memoria republicana española en
París. Gracias a todos los amigos.
¡ Viva la Tercera !
Rose-Marie
Serrano (Amigos de los Republicanos Españoles en región parisina) Paris, 28 /6/2014
Gerda Taro en la memoria
Extraído de la
biografía de Fernando Olmeda Gerda Taro.
Fotógrafa de guerra.
En el primer aniversario de su muerte,
un artículo publicado por Life la
recuerda como la primera fotógrafa de la historia fallecida en combate, y destaca
la singularidad y la autenticidad de su trabajo... Honor y olvido. A pesar de
las promesas de sus compañeros y amigos, su fama fue efímera, y su memoria se
evaporó muy pronto.
En Francia, la guerra chino-japonesa
comenzó a ocupar espacio prioritario en las portadas de los diarios, y sólo
esporádicamente se publicaron reportajes de Gerda Taro en revistas de
Checoslovaquia, Suiza y España. Jaime Miravitlles, comisario de Propaganda de
la Generalitat, dejó escrito: “El reportero gráfico fue el «soldado civil» de
aquella guerra; la Leika, el aparato que hizo posible captar la verdad
instantánea de la Vida y de la Muerte, y la dulce amiga de Capa, Gerda, la
mártir inocente de aquella inmensa tragedia”.
Sus amigos españoles se llevaron al
exilio su recuerdo, que expresó Luis Pérez Infante en forma de poema:
A Gerda Taro, muerta en el frente de
Brunete
Si es verdad que caíste, camarada,
también es cierto que viviendo sigues
eterna juventud entre nosotros.
Lo mismo que la rosa
vista por la mañana en mayo un día,
si luego la encontramos muy lejos del rosal, pisoteada,
perdura en el recuerdo lozanísima,
así para nosotros, Gerda, eres.
A pesar de tu muerte y tus despojos,
el oro viejo que tu pelo era,
la fresca flor de tu sonrisa al viento
y tu gracia al saltarburlándote a las balas,
para grabar escenas de la lucha,
nos dan aliento, Gerda, todavía.
En nuestra casa vives, no lo dudes;
por todos los rincones siempre habitas;
las paredes reflejan tu figura,
y este dolor tan hondo que sentimos
lo preside a diario tu presencia.
La guerra sigue igual, como la viste.
Y en medio de esta muerte, esta ruina,
más agudo que silban los obuses,
más fuerte que la bomba en su
estallido,
te decimos con fe nuestra esperanza:
que puede más la flor con su hermosura.
Luis Pérez Infante.
Publicada en El Mono Azul,
nº 28, el 12 de agosto de 1937
Dibujo
de Raquel Villaécija en
http://www.jotdown.es/2013/10/gerda-taro-rubio-destello-en-la-sombra/
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