Extraordinaria y
sorprendente defensa de la Señora Asunción Valdés García en contra de la mezquina « denuncia » de
Valentín Recio.
Es un placer leer setenta y tres años después de que la escribiera su propia defensa por la señora
Asunción Valdés García, hacendada de la Torre de Esteban Hambrán, en contra de la « Denuncia »
de Valentín Recio, hecha en contra suya
en septiembre de 1939.
Es una carta original en este tipo de « literatura » de la Causa
General, tan burda y llena de machacona fraseología antirepublicana. Se nota la
cultura de la autora, con su hábil pero no servil alabanza del régimen, encabezada por un pertinaz análisis
político. Esto es muy
sorprendente.
Hoy
en día, sabiendo que los
intelectuales apoyaron en gran mayoría a la República (su sobrina era maestra) y sus justas e imprescindibles reformas, podemos dudar de que la culta hacendada
torreña no escribiera su hábil defensa, apoyada y aconsejada por abogados madrileños, con segundas intenciones, imposibles de vislumbrar por los burdos
censores del régimen, del cual es fiel ejemplar el codicioso Valentín Recio,
quien denuncia tras denuncia y cobardía tras cobardía, logró acumular una de las mayores haciendas
de la Torre de Esteban Hambrán. Ya
se sabe que las razones de la guerra desencadenada por los franquistas y sus
secuaces fueron antes que nada una
operación de recuperación del poder económico. Bien se ve, por ejemplo, en la película de Christian Caroz, « Aurora ».
No
sólo, como lo precisa
Asunción Valdés, acusándole de ingratitud, no ayudó a su primo Eudaldo
Serrano Recio, quien le salvó de las furias justificadas de los de izquierdas
por formar parte de los sublevados, sino que estando ya Eudaldo preso en Yeserías vino a reclamarle los bonos sobrantes de la construcción por el Frente Popular de las
Escuelas del pueblo, como lo cuenta Daniel Serrano Recio, su hermano,
encarcelado con él en la prisión madrileña.
Fue servil
instrumento de la venganza de la hermana del jefe de Falange (Juan
Aguado), « la Pepita »,
quien envidiaba sus fincas a su tía y a su prima Valdés. Así vemos que los odios políticos de las
derechas estaban basados en la
Torre, como en toda España, en el
afán de apropiación de los recursos y riquezas, que el Frente Popular se esforzó en distribuir.
Ya pasaron muchos años, no quedarán parientes
vivos de las señoras Valdés, ojalá los hubiera, pero les doy las gracias a
posteriori por la defensa implícita de mi tío Eudaldo. En cuanto a Gerardo
Gómez Recio (creo) me parece haber leído que en efecto, éste apela a Valentín
Recio como testigo a descargo en un sumario, y nunca acudió el codicioso
personaje a defenderle.
En la Torre de Esteban Hambrán un lejano pero
inolvidable verano de 1974 ó 75, estuve en la bodega de Valentín Recio, del que
entonces, adolescente, ignoraba el
pasado. Su extraña mirada se me quedará grabada para siempre en la memoria.
Valentín Recio sí que sabía el pasado de mi padre y de mi tío teniente alcalde
del Frente Popular.
Rose-Marie Serrano, París, 15 de junio de 2012.
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