La denuncia de Valentín Recio Gómez (firmada por
él en La Torre de Esteban Hambrán el 2 de septiembre de 1939) contra Asunción
Valdés García y su sobrina Asunción Valdés Mogín, « La Señorita », es
un conjunto de mentiras, falsedades y calumnias.
En el pueblo de La Torre de Esteban Hambrán no
existía en 1936 el partido comunista. Otra mentira es que la Panificadora
Obrera recibiera dinero de Asunción Valdés García. Pues su situación económica
era sobradamente firme para no necesitar préstamos de nadie.
Lo real y cierto ocurrido es lo siguiente :
estas Señoras Valdés poseían una hacienda de las mayores del pueblo, heredada
de un tal Gerardo Valdés. En los años treinta esta enorme hacienda estaba
arrendada a una familia que se apodaba « Los Culolargos », labradores
de oficio. Resulta que no pagaban el arrendamiento y debían una suma
considerable a la familia Valdés. En la primavera del año 1931, con toda la
cosecha en flor y sin pagar los arrendamientos, la Señora Valdés contactó con
labradores que eran de izquierdas para ver si querían coger sus tierras en alquiler
y hacerse cargo de la cosecha que estaba en marcha pagándole a ella lo que los
« Culolargos » le debían. Así pues llegaron a un acuerdo y los
labradores de izquierdas se hicieron cargo de toda la cosecha que estaba en
marcha.
A llegar el verano se recogió la cosecha y se le
pagó lo que se había convenido. Para llegar a este éxito, tanto de los
labradores como de la Sra Valdés, los labradores formaron una especie de
cooperativa ; se recolectó la cosecha, se trilló en una era de su
propiedad que existe en el sector de San Roque y después de la recoleción la
Señora apodada « La Señorita » (sobrina de Asunción Valdés García)
convino en arrendarles toda la hacienda quedando las olivas en su propiedad y
conviniendo que los labradores las cultivasen en un precio convenido con el
arrendamiento de las tierras.
Esto sucedió así y ocasionó que las Señoras
Valdés adquirieran simpatía por parte de los labradores de izquierdas, cosa
natural puesto que todo marchaba a las mil maravillas. Lo demás son todos
embustes.
Daniel Serrano Recio, 15 de junio de 2012.
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