En el Espacio Jemmapes, en París, se ha echa hasta mañana la obra teatral de François Godard, Tristan 1938, tercer cuadro de la saga familiar de varias generaciones compuesta de siete cuadros en total, titulada « Resistencias » (« Résistances »). Este cuadro concierne la Batalla del Ebro, con la lucha heróica de republicanos y brigadistas hasta que éstos acompañaran por los Pirineos, bajo los bombardeos fascistas a los republicanos . La Brigada así llamada « Spartacus », con nombre eminentemente simbólico, quedó diezmada tras la batalla del Ebro, pero aún quedaban Tristán e Inés con unos cuantos compañeros salidos del «infierno».
Dos momentos de la obra, en slam y en versos alejadrinos franceses, son particularmente conmovedores . Por una parte, el verso que repite como un leitmotiv el narrador que hace varios papeles en la obra :
« Los refugiados españoles sólo arrastraban un trozo de colchón y girones de sueño » y por otra parte, cuando el abuelo que cuenta sus recuerdos en la obra dice al recordar a los harapientos españoles que pasaban la frontera : « Yo tenía 20 años, y estaba en el mal momento y en el sitio malo, ya que un jefe hubiera podido ordenar que disparásemos, y yo hubiera disparado, yo hubiera disparado si me hubieran dado la orden. » Ahora, con sus 80 años, sé que desde entonces ya nunca estuvo mi abuelo (dice el autor-intérprete, François Godard), esperando que le dieran la orden de disparar ni de nada» pero el ejército francés organizó los campos de concentración, Gurs, le Vernet, Argelès- sur –mer y el gobierno de Pétain entregó a los refugiados y brigadistas supervivientes a los nazis.
Después se dio la palabra a los jóvenes venidos a ver la obra y al público, haciendo de vez en cuando preguntas la locutora de la radio France Culture Aline Pailler.
Claudine evocó al brigadista René Samson, pariente suyo que se fue a España con 24 años en enero de 1938 y murió en la batalla del Ebro en julio de 1938. Le preguntaron por qué estaba allí y contestó (quedó escrito en los registros) que para combatir al fascismo. Otros miembros de la ACER (asociación de los antiguos combatientes en España republicana) presentes evocaron a sus parientes republicanos españoles que pasaron la frontera en 1939 y fueron (a parar) a los campos de Septfonds, cerca de Montauban.
Un chica contestó la pregunta de Aline Pailler (« ¿ Irse de guerra a los 20 años, qué os evoca ? ») : « es legítimo, era valiente haberse movilizado por aquellas causas ».
François Godard, el autor de la obra, contestó a una chiquilla que dijo que le gustaba el personaje de la brigadista Inés, que no es sólo una heroína, un personaje de ficción, sino que en los años 30 en España con la República, hubo una explosión de libertades, incluso las de la mujer.
Después se preguntó a los jóvenes si habían oído hablar de la guerra de España y uno contestó que no había visto el alcance del problema ya que España vivió un genocidio.
Yo pregunté por qué no apareció nunca la bandera republicana, como sale, por ejemplo, en la película de Carlos Saura, « ¡Ay, Carmela ! », que tanto les gusta a los alumnos aquí en Francia. François me contestó que prefirió un decorado neutral, con la menor cantidad de objetos posibles, para que el público se concentrara en el texto, para que se captara lo más posible.
¿ Qué vais a recordar de la obra ? preguntó Aline Pailler. Un adulto contestó que la tortura del abuelo que no quería disparar, otro joven que Inés, yo que la admirable interpretación de los heróicos brigadistas.
Un joven dijo que « nosostros los jóvenes vivimos al día, no tenemos visión del porvenir, sólo nos vemos a nosotros, y ellos, los republicanos y brigadistas, tenían la visión de lo que tenían detrás de sí, es respetable ». Le aplaudimos.
Otro adulto intervino para ensalzar a los brigadistas : Henri Rol-Tanguy perdió a un amigo querido, llamado Rol, en el Ebro, por eso se hizo llamar Rol-Tanguy. Y hoy en día en París, cerca del metro Denfert-Rochereau, en un cartel se pueden leer ambos nombres unidos.
Después le dieron la palabra a Daniel Serrano, republicano español, (de 16 años en 1936), quien dijo que se trataba de una guerra del fascismo contra la democracia, que en la reunión de Franco con Hitler, Serrano Súñer y Ribbentrop, en Hendaya en 1940 se trataba de las condiciones (que no convenían a Hitler) de Franco para participar en la segunda guerra mundial (tomar el Rosellón, Orán y el Marruecos francés), que en el Valle de Arán los guerrilleros españoles no fueron apoyados por Francia y que sin embargo hay que recordar que Franco intervino en la guerra mundial con la División Azul ; evocó a su amigo Avelino Escudero Peinado muerto en Alta Saboya, en los Glières, y dijo, cuando Aline le preguntó qué edad tenía en 1936, que dieciséis, la edad de nuestros oyentes parisinos venidos del Lycée Colbert y de la Escuela de la Segunda oportunidad, del barrio. También añadió que él estaba en Extremadura después de la Batalla del Ebro, para tratar de contrarrestar los ataques sobre Barcelona, y que los nietos de los republicanos, los hay, tienen miedo de hablar en España.
Un chiquillo le contestó que le agradecía que hubiera venido, que le incitaba a él a combatir como él, que le inspiraba respeto. Le dimos las gracias y François añadió que también vino un anciano, José, que también estaba siempre con esa misma cólera, y dispuesto a seguir combatiendo.
Queriendo traerle a Daniel hacia cuestiones algo más concretas -aunque ésas sean capitales para él-, le recordé que Henri Belin ha rodado una película (« No darse por vencido ») de la cual es protagonista, en la que se estudian los efectos de la Ley de « memoria » y concluí diciendo que los republicanos españoles no nos damos por vencidos, lo que hizo sonreír al público.
Un jovencito preguntó « qué piensan las personas que vivieron esa época de nosotros los jóvenes », y alguien de la ACER contestó que los republicanos españoles, nuestros padres, siempre quisieron que regresáramos pero no lo hicimos, que nos han empujado hacia el estudio, que por ellos nos hemos comprometido en luchas sindicales, con gran sentido de la solidaridad y del apoyo mútuo.
Un jovencito preguntó si François Godard podría hacer tal espectáculo sobre Irán, Irak u otro país pero François contestó : « mi sitio es de artista, espero no tener que empuñar un fusil para luchar, trato de compartir, si uno no tiene visión del pasado, la memoria de uno no está compartida por alguien porque no sabe uno adónde va, se comparte con alguien que da ganas de estar de pie, como artista necesito esa memoria para saber lo que tengo que hacer hoy. »
Un chiquillo, con mucha sabiduría, contestó a Aline Pailler, quien preguntaba si imaginanban que esos ancianos habían tenido su edad, aunque ahora atestiguaran hablando de cosas trágicas, que « hay que vivir para comprenderlo ».
Después François precisó que los resistentes sólo hablaban de casos concretos, que los republicanos luchaban disparando contra un soldado, pero nuestro enemigo está lejos, escondido, los testimonios de los resistentes siempre conciernen tal metro de terreno que recuperar. Claudine añadió que los resistentes siempre luchan por un territorio.
Después la conversación giró hacia el presente; un chiquillo dijo que si uno siente la presión del Estado, no podremos seguir luchando, otro hizo sonreír a los artistas al decir que a ver si seríamos capaces de vivir bajo el sistema de la autogestión. François intervino para decir que a ver si su generación va a ser capaz de inventar algo para no volver a vivir los errores del pasado y Claudine aludió a los indignados de Francia y España, que saben que los bancos son su enemigo, que les impiden vivir y trabajar con arreglo a sus estudios, que Brigadistas de 53 paises fueron a España a combatir el fascismo porque la fraternidad de todos los países existe si se tienen ideas comunes.
Con estas bellas frases nos despedimos y aplaudimos a los chiquillos de buena voluntad que pasaron la tarde con nosotros reflexionando con tanto optimismo sobre las cuestiones de la memoria y del pasado.
Rose-Marie Serrano, París, 19/01/2012
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