Aprovechando el paso por París de nuestra amiga colombiana que tanto nos ha ayudado a honrar a los republicanos españoles en París, a florecer los monumentos existentes y placas de calles, estuvimos esta mañana floreciendo las placas del jardín de los combatientes de la Nueve y de Federico García Lorca y ondeando la Tricolor.
Primero florecimos la verja con las placas bilingües del Jardín de los combatientes de la Nueve, después entramos al jardín, abierto al ser domingo. A pesar de la lluvia otoñal, el jardín de los niños de los empleados del Ayuntamiento y de los combatientes de la Nueve quedaba precioso, con el jinete del Jefe de los Mercaderes, las estatuas de hombres y mujeres célebres de la fachada, los rosales y el espléndido olivo, que nos recordó los que cantó Miguel Hernández en otras latitudes.
Después nos dirigimos hacia el jardín del poeta andaluz honrado con varios sitios en París por el Señor alcalde Bertrand Delanoë. El muelle del Sena también lucía magnífico y melancólico bajo la llovizna.
Constatamos que ya no están al lado de la bella placa al poeta granadino ni la papelera de hace dos años ni la mesa del mes de agosto pasado, sino que ahora se encuentra a unos centímetros una verja de hierro gris, parecida a una compuerta.
Depositamos las flores tricolores por encima del letrero que reza que Federico fue un artista completo : “Hombre de letras, pintor, músico. Republicano español, asesinado por las milicias franquistas”. Ondeamos la Tricolor.
Al pasear por el muelle constatamos que a unos metros, en el centro del espacio del muelle dedicado a Federico, se yergue un poste de hierro con varias placas vueltas hacia el Sena. La parte trasera del poste, que da al jardín, sería a nuestro parecer, un lugar predilecto para ubicar (soldar) una gran placa a Federico García Lorca en francés y en las lenguas de la península ibérica, con un pequeño retrato del poeta y dramaturgo genial.
Ondeamos la Tricolor al lado, imaginando que ese lugar del muelle lucirá un día venidero, soldada en ese gran poste férreo, una placa tan grande como la de la verja del jardín de los combatientes de la Nueve. En efecto, Federico García Lorca fue un gran luchador de la cultura y de las artes y humanidades, y de la mayor de ellas, el Teatro, que consagró su apogeo y celebridad por el mundo hispánico y en París, donde se echaron La Casa de Bernarda Alba, Yerma, Un poeta en Nueva York.
Tras estas reflexiones, mirando hacia el rincón de la placa a Federico, vimos pasar, como eco a nuestras reflexiones, al barco llamado Isabelle Adjani, gran actriz francesa que empezó la carrera con Molière.
Nos despedimos del Sena majestuoso y del jardín de Federico frente al gran árbol que recuerda con nostalgia los troncos retorcidos de los olivos de Jérez.
Dentro de unos días unos escolares harán nuestro recorrido y recitarán frente a la diminuta pero valiosísima placa al poeta asesinado vilmente “en su Granada”, su maravillosa Baladilla de los tres ríos a los que tanto amó.
París, 20 de noviembre de 2022.
Rose-Marie Serrano (Amigos de los Republicanos españoles de Región parisina y de otros lugares del mundo)
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