miércoles, 14 de octubre de 2015

RECUERDOS DEL MONTE ALAMÍN POR DANIEL SERRANO.



Carta desde París de  Daniel Serrano Recio a sus bisnietecitos españoles.

Queridos bisnietecitos y bisnietecitas,

Ya tengo 95 años, pronto cumpliré los 96. Espero que vosotros, algunos recién nacidos, lleguéis a ellos. Os escribo desde París porque no pienso poder viajar a vuestras tierras, antaño también mías, ni que podáis venir acá por vuestra tierna edad,  aunque en septiembre, audaz y valiente,  Almudena Cros, presidenta de la AABI,  vino a la fiesta de l’Humanité con su hijito de 9 mesecitos, Maxito, un niñito sonriente de ojitos azules al que adopté como nietecito mío también.  Fue un rayito de sol español.

Hace poco,  removiendo fotos viejas,  encontré la que nos sacó en el Monte Alamín,  a finales de los años 50 años (o en 1960, no recuerdo bien) a mí y a vuestra abuela (de unos trece años), el hermano francés de vuestra bisabuela francesa.

Vosotros también hubieráis podido nacer en Francia, como vuestros padres. Un día reflexionaréis sobre este hecho: de España han tenido que salir, como siguen saliendo muchas personas de su tierra, muchos, muchísimos  españoles,  incluidos vuestros abuelos.

Yo me vine a Francia en 1963, con vuestra bisabuela francesa, pues, y vuestra abuela, una de mis dos hijas. Vuestra abuela regresó a España casada con un vallisoletano. Por eso habéis nacido allí dos de vosotros y otros dos en Canarias.

Las tierras de mis padres y hermano Eudaldo, teniente alcalde socialista fusilado en 1941 por haber defendido la República, un día espero que sean vuestras y vayáis a verlas y sacar frutos de ellas, como los sacamos muchos años. Dieron provecho y vida a varias generaciones de torreños. Se ve nuestra era en la película No darse por vencido, en la que se me ve ante la tumba de mis padres, en la Almudena, aquí en Francia. Espero veáis esa película cuando seáis mayores. Se empeñó mi hija menor, hermana de vuestra abuela,  en que se hiciera una y ésa no salió nada mal. Un día se podrá tal vez echar en vuestras islas Canarias, en Madrid (ya se echó en Valladolid)  y …en Toledo, en la Torre de Esteban Hambrán, cuando cambie  España y se hable más y con orgullo de los republicanos españoles, cuando la avenida del Rey Juan Carlos sea reemplazada en Madrid por la de don Manuel Azaña y el Valle de los Caídos sea un  Memorial antifascista y un museo de la Memoria republicana, como piden cada año, por el 22 de noviembre,  el Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid y el de la Sierra de Guadarrama.

La foto en la que estoy labrando una tierra en el monte Alamín hacia 1959, mientras vuestra abuela estaba sentada en el suelo mirando y esperando  a que acabara,  me recuerda aquella época difícil de nuestra vida en la que poca esperanza teníamos de superar nuestra condición de represaliados y  de parias en nuestro propio país. En la tapia del cementerio del Este de Madrid habían sido fusilados varios torreños  y  mi hermano, con el que hubiéramos hecho prosperar la hacienda de nuestros padres. Solo me era más difícil y además los sesenta eran años de emigración a toda Europa, la Europa que venció al nazismo pero dejó a Franco en su sitio.

Ahora en Valladolid me dicen que siguen los nombres de fascistas en las calles y monumentos, en las fachadas de muchas viviendas persiste el atroz símbolo de la Falange, a pesar de la Ley de Memoria. Me dicen también que hay una calle a Miguel Hernández, el poeta comunista de la República en vuestra ciudad y otra a Federico García Lorca en Palma de Gran Canaria y un hospital lleva allí el nombre del presidente del gobierno de la República, don Juan Negrín,  al que ponemos flores tricolores aquí de vez en cuando en el Père-Lachaise, cementerio que ya visitaréis de mayores.

Muchas asociaciones de la Memoria republicana trabajan con ahínco y firmeza para conseguir que no se olvide a los republicanos que lucharon por la democracia y la libertad y fueron asesinados por  nuestro enemigo Franco y sus secuaces, entre ellos la  criminal Falange.

Espero que tengáis un buen solsticio de invierno, que ya se va aproximando, se siente ya el frío invernal por estas tierras parisinas, se sentirá también por la Torre de Esteban Hambrán y por el Monte Alamín, del que quisiera tener noticias, como de las tierras de mi padre y Eudaldo, que tanto luchó por la Reforma Agraria, la que queda por hacer en España, y que seguro vosotros vais a conocer algún día, como conoceréis, no lo dudo, la Tercera República.

Así lo espera desde París
Daniel Serrano Recio, vuestro bisabuelo toledano.

París, 14 de octubre de 2015


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