Por desgracia, al llegar los facciosos en octubre del 36, faltaban aún algunos trabajos que realizar. Fueron inauguradas a principios del 37 y las bautizaron con el nombre del Jefe de Falange, Juan Aguado. Este individuo fue el culpable de todo lo que ocurrió en el pueblo; se codeaba con José Antonio Primo de Rivera en Madrid. Envenenó a las derechas de La Torre; el 18 de julio de 1936 se parapetaron en sus casas, abandonaron sus eras en plena cosecha y la municipalidad viendo esto decidió mandar a algunos hombres a consultar con Juan Aguado, quienes con razón pensaron que sería el organizador del suceso.
Al llegar a su puerta cerrada le dijeron a voces: «Juan, abrid las ventanas y puertas, que os garantizamos que nada os va a ocurrir», pero la contestación fue una bomba artesanal, que no hirió a nadie, pero que al parecer era la consigna, pues a partir de ese momento, abrieron fuego en varias casas. En la de Marcial Domínguez, mataron a dos, en la del «Roquito» hirieron a varios. Al ver esto, la Junta Municipal pidió refuerzos a Madrid, de donde vinieron varios milicianos armados con fusiles y sitiaron las casas de los sublevados. Al verse perdidos, los facciosos empezaron a escapar por los corrales y fueron detenidos la mayoría de ellos.
He aquí la labor de Juan Aguado y por esta labor sus adictos le premiaron con poner su nombre al Colegio que habían construido sus enemigos y a una calle.
París, 2 de octubre de 2010
Daniel Serrano Recio (La Torre E. H., 1920)
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